El analista y autor del estudio acerca de la facturación de las firmas legales elaborado para Think Tank Centre for Policy Studies, Jim Diamond considera que los clientes son reacios a negociar con los despachos jurídicos.
Sin embargo, en Reino Unido y Europa Continental, las grandes empresas empiezan a pedir descuentos o tarifas fijas a los despachos que facturan por hora, incluso, se niegan a pagar por ciertos servicios.
Y el uso del Big Data y la tecnología permitirá que las firmas legales establezcan sus tarifas de forma diferente y más transparente.
Big data y servicios legales
Las Start ups, aprovechando la coyuntura, utilizan los datos para predecir cuánto tiempo se tardará en hacer determinadas tareas como primer paso para modificar la forma de facturación de los distintos asuntos.
Por ejemplo, Ping facilita el monitoreo de las actividades de los abogados y crea una ficha de control de las horas semanales. El fundador, Ryan Alshak, explica que “cuando se empieza a comprender cómo trabajan los abogados y cómo usan su tiempo se descubren ineficiencias en la forma en la que funciona el sistema”.
Otras empresas basadas en tecnología ayudan a clientes a conectar con los bufetes y ofrecen transparencia en los precios. New York Priori Legal utiliza un algoritmo que busca coincidencias entre las necesidades del cliente y los servicios de las firmas previamente registradas.