El pasado lunes 11 de febrero, el Senador y líder minero Napoleón Gómez Urrutia anunció que crearía su propia Central Obrera, la cual llevará por nombre Confederación Sindical Internacional Democrática de México (CSID), manifestando abiertamente que recibirá a las agrupaciones sindicales que no guarden afinidad con las viejas Confederaciones, entiéndase; CTM y CROC.
Más tarde, ese mismo día la CTM manifestó a través de su Secretaría de Acción Política, que estas acciones no disminuirán la fuerza de la CTM, incluso externo que se adoptaría una actitud de bienvenida hacia la nueva Confederación.
Pues es así, que mientras las viejas y las nuevas agrupaciones Sindicales comienzan a mover sus piezas políticas, quedan los empresarios y los trabajadores a la espera de lo que será la nueva dinámica de negociación colectiva.
Es de considerarse que, las negociaciones colectivas guardan muchas veces efectos financieros y políticos que repercuten en una industria en particular, un estado, una región o incluso a nivel nacional, por lo que conllevan un factor innegable de poder.
Resulta evidente que hay un tablero político colocándose, el cual guardará a los Sindicatos y Confederaciones como piezas de suma importancia, pero es imposible que no nos crucen por la mente preguntas como: ¿con qué fin?. En este tablero existen más de dos jugadores, resuenan con mayor eco las organizaciones colectivas de trabajadores ya que su mayoría resulta indiscutible, pero pudiéramos estar olvidando a dos entes de igual consideración: El Sector Empresarial y Los órganos impartidores de Justicia. Recordemos un poco “Los Factores Reales de Poder” que menciona Ferdinand Lasalle en su libro: “¿Qué es una Constitución?”, este autor sugiere que se debe guardar el equilibrio entre los entes de poder, que de hecho la paz social es tan frágil como la relación que tengan entre uno y otro (en este caso: Empresarios, Gobierno y Trabajadores), es así que resulta preocupante para la estabilidad de la Justicia Laboral conocer los alcances de este conflicto colectivo venidero, ¿cómo afectará al sector empresarial?, no perdamos de vista que es este sector el que genera empleos y recursos económicos, ¿quién resolverá las controversias colectivas?, ¿las agonizantes Juntas de Conciliación?, se especula acerca de la creación de un organismo autónomo que definirá estos desacuerdos, pero ¿cuándo?, ¿quién los presidirá?, ¿cuál será la nueva dinámica?, ya no podrá haber un emplazamiento a huelga hasta no acreditar la afinidad de los trabajadores, pero, ¿si es esto precisamente lo que se busca definir?, ¿a quién guardan genuinamente mayor afinidad los trabajadores?, ¿Qué sucederá con la operación de la Industria?, ¿cuáles serán las nuevas reglas de resolución de conflictos colectivos?.
Actualmente es la Junta de Conciliación y Arbitraje (ya sea a nivel Federal o Local, según sea el caso de competencia), la encargada de resolver las controversias colectivas. Uno de los aspectos por los que puede un Sindicato emplazar a Huelga a una Empresa es la Titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo, esto quiere decir; un Sindicato exige a la Empresa reconozca que la mayoría de sus trabajadores guardan mayor afinidad con él que con el Sindicato que actualmente detenta la celebración de un Contrato Colectivo ya registrado en la Junta, resultaría lógico pensar que la Empresa simplemente manifestaría que se someterá a las resultas de la Autoridad, finalmente se trata de un conflicto entre Sindicatos, pero, ¿es así?, ¿El Sindicato actual esta confabulado con la Empresa y no busca la defensa de los derechos laborales de sus agremiados?, ¿Será que el nuevo Sindicato (que pretende ingresar) no tiene su propia agenda?, o acaso, ¿será precisamente este nuevo Sindicato el que ya acordó con la Empresa y busca de una manera “legal “sacar a la antigua representación obrera?, precisamente para evitar este tipo de vicios, la Junta actualmente maneja como prueba inequívoca “El Recuento”, la cual es una figura mediante la que los trabajadores emiten sufragio para definir cuál es el Sindicato que quieren los represente, pues bien, ¿no estaba ya entonces subsanada la figura de la representación de la mayoría? Podríamos pensar en estricta teoría que sí… pero el tema es mucho más amplio y requiere de una segunda nota…