Lamentablemente en México, seguimos sufriendo mucha discriminación en sus diferentes modalidades, sabemos que es un problema en el que intervienen distintos actores sociales que juegan un papel determinante en su ejecución. Esto afecta considerablemente a cualquier persona o colectivos sociales que lo han sufrido históricamente a lo largo de los años, de manera constante y sistemática.
Por ello, para lograr la eliminación de este problema, una de las acciones que se implementaron por parte del Gobierno, fue el Decreto dado en la Residencia Oficial del Poder Ejecutivo Federal, en la Ciudad de México, Distrito Federal, el 18 de octubre del año 2010, el Presidente Felipe Calderón, declaró el 19 de octubre de cada año como Día Nacional Contra la Discriminación.
Este decreto reforzó la eliminación en todos los ámbitos de la sociedad aquellas actitudes que afectan el pleno ejercicio de los derechos y libertades en igualdad de circunstancias derivado de los prejuicios, estereotipos y estigmas, con el fin de mejorar la democracia en México.
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Es importante mencionar que en el Artículo 1º de nuestra Constitución Política, se establece el principio de Igualdad y el derecho a la No Discriminación para todas las personas, así mismo, en la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, el Artículo 1º, Fracción III, define a la Discriminación de la siguiente manera:
“…Para los efectos de esta ley se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud o jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las preferencias sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar, las responsabilidades familiares, el idioma, los antecedentes penales o cualquier otro motivo”.
En este orden de ideas, otro antecedente es la creación de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, en el 2003, posteriormente 32 Entidades Federativas han creado leyes locales contra la discriminación, lo cual ha generado que el Gobierno Federal y Estatal siga comprometido a proteger a todas personas de cualquier acto de discriminación.
Ahora bien, cabe destacar que la autoridad encargada de recibir y resolver las quejas por presuntos actos discriminatorios cometidos por particulares o por autoridades federales en el ejercicio de sus funciones es el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), ya que es un órgano de Estado creado por la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
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El Consejo es la institución rectora para promover políticas y medidas tendientes a contribuir al desarrollo cultural y social y avanzar en la inclusión social y garantizar el derecho a la igualdad, que es el primero de los derechos fundamentales en la Constitución Federal.
Asimismo, el CONAPRED desarrolla acciones para proteger a todos los ciudadanos y las ciudadanas de toda distinción o exclusión, tal y como lo establece el artículo 4º de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, que a la letra dice:
“…Queda prohibida toda práctica discriminatoria que tenga por objeto o efecto impedir o anular el reconocimiento o ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades en términos del artículo 1º constitucional y el artículo 1, párrafo segundo, fracción III de esta Ley”.
A pesar de la normatividad nacional e internacional que existe para erradicar la Discriminación, resulta urgente garantizar su plena efectividad, incluyendo las medidas compensatorias que incidan en favor del logro de una igualdad de todas las personas, no sólo en el ámbito jurídico sino también en el ámbito material.
Sin lugar a dudas la tarea no es fácil, toda vez que se necesita un cambio en las políticas públicas del Estado en distintos rubros, empezando por lo económico, la alimentación, la educación, la salud, los servicios públicos, lo laboral y, sobre todo, la transformación cultural, que permita a la sociedad mexicana liberarse de falsas concepciones, estereotipos, prejuicios, fanatismos y odios injustificados que nos han impedido reconocernos a todos como iguales y que han sido un obstáculo para que la discriminación en México, sea erradicada definitivamente.
Mientras siga existiendo la discriminación, como conducta de trato desfavorable o de desprecio a una persona o un grupo de personas en México, se debe seguir trabajando para su eliminación a fin de garantizar el trato respetuoso, justo e igualitario para todas y todos.
“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel. La gente aprende a odiar. También se les puede enseñar a amar. El amor llega más naturalmente al corazón humano que lo contrario”.
Nelson Mandela.