Con el regreso de Elba Esther Gordillo a las calles, la probable puesta en libertad de Duarte, las promesas fallidas e incumplidas (él dirá modificadas) de Obrador, y el día a día mexicano… ¿Será cierto que la corrupción es una característica de todo mexicano?
Corrupción y México ¿uña y mugre?
Coloquialmente se dice que algo o alguien es “uña y mugre” de algo cuando no se les puede separar ni concebir de una manera diferente.
Nuestro México lindo y querido bien podría ser la uña y la corrupción la mugre, pero ¿verdaderamente no se les puede separar? ¿No podemos mejorar? ¿La corrupción y los mexicanos somos uno mismo? ¿El sistema siempre termina corrompiendo “lo bueno”?
Durante cada sexenio hay errores, tinos y desatinos, claroscuros… estamos por concluir el sexenio de Enrique Peña Nieto, quien llegó a los Pinos después de una transición FALLIDA del Partido Acción Nacional.
Y, ¿que nos deja? Un poder disperso y una corrupción extendida, un escándalo por una Casa Blanca que todos sus allegados quisieron minimizar, ¡43 normalistas “desaparecidos”!, el caso del Manglar de Tajamar, la evidencia del llamado “fiscal carnal”, un turbio proceso de asignación (léase: DEDAZO) de un Ministro de la Suprema Corte de Justicia, un Instituto Nacional de Elecciones inerte, un Tribunal de Justicia Electoral discrecional, un INAI más opaco y miles, repito ¡MILES!, de desaparecidos, asesinados, mutilados, torturados; los miles de inocentes encarcelados como en el caso de DOMINGA GONZÁLEZ MARTÍNEZ quien continúa presa mientras liberan a ELBA ESTHER GORDILLO (caso del que hablamos en un artículo anterior)… ¿cómo recordaremos el sexenio peñanietista? Como una cloaca abierta.
Corrupción e impunidad
En cuanto a corrupción se refiere también tendríamos que hablar de impunidad, esa impunidad que estamos viendo y a la que, desgraciadamente, muchos mexicanos se están “acostumbrando”.
Las cifras no mienten, de acuerdo con la Organización Nacional Anticorrupción (ONEA), en México cada dos horas desaparece una persona; desde el inicio de la “guerra contra el narco” el fenómeno aumentó y ha rebasado a las instituciones de justicia; en México no se denuncian 93 de cada 100 delitos y sólo el 4% de estos terminan con alguna sentencia; ambas cifras tienen como común denominador LA IMPUNIDAD.
Las autoridades han logrado que nadie crea ya en el sistema de justicia, han logrado que los mexicanos crean que el sistema es corrupto y que nada puede hacerse, han logrado que los mexicanos vean como algo normal el dicho encarnecido que reza “el que no tranza no avanza”, le han puesto maquillaje a la corrupción y la impunidad para que parezcan figuras a las que no hay que brindarles nuestra atención, las han querido “normalizar”.
¿Estamos perdidos?
Resultará para muchos idílico pero soy de las mexicanas que no cree en eso de que la corrupción es México y viceversa, soy de las mexicanas que concibe a su país como un lugar lleno de oportunidades aunque día a día encuentre cifras como las de Organización Nacional Anticorrupción, soy una mexicana que con cada amanecer se compromete a realizar más por su municipio, por su Estado, por su nación; soy una mexicana con la firme convicción de que NO somos corruptos ni por naturaleza ni por el sistema, en cada uno de nosotros está hacer la diferencia.
Vislumbramos un futuro escabroso en el horizonte, un futuro que augura promesas incumplidas, pero igual podemos creer en la lucha ciudadana, en las organizaciones de ciudadanos que, como ustedes y yo, creemos en un México lleno oportunidades, un México que se levanta cuando el desastre se impone, un México solidario, un México en el que la impunidad y la corrupción vayan mermando poco a poco y paso a paso.
Para concluir debemos recordar la frase de Mahatma Gandhi que reza “tú debes ser el cambio que deseas ver en el mundo”, en cada uno de nosotros está la semilla para avanzar.