Constantemente hemos escrito acerca de las carencias que detectábamos para la implementación de la Reforma Laboral y ello se comienza a evidenciar… más de cuatrocientos amparos fueron promovidos por la CTM y la Central Obrera comienza a ganar sus primeras batallas, ya le han sido concedidos un par de suspensiones. Esta semana en el parlamento abierto que se lleva a cabo en el Senado de la República diversos frentes sindicales han llegado a demostrar su poderío y a solicitar agresivamente a los legisladores consideren sus puntos de vista, que, a título personal es justamente lo que han dejado de hacer los congresistas; considerar las opiniones de los que vivimos día con día el derecho laboral en nuestro país.
Es en este escenario, que debe preocuparnos la paz laboral del país, distintas confederaciones, no fraternas entre sí, velan por sus intereses, ¿cómo lograr que todos converjan?, muchas veces en anteriores legislaturas se criticó el hecho de que no se tocara a los sindicatos en las modificaciones, tal vez este era el motivo, la paz laboral es una entidad muy frágil, difícil de mantener equilibrada, se criticaba también que México no hubiera ratificado el convenio 98 de la OIT (relativo a la libertad sindical), pero si tenía ratificado el convenio 87 relativo al de no intervención por parte del estado en la vida interna de los Sindicatos, así mismo entidades patronales como la COPARMEX ya han manifestado su preocupación a los legisladores acerca de las repercusiones que este libertinaje e incongruencia sindical pueda impactar en las actividades productivas de las Empresas, haciendo especial énfasis en la pequeña y mediana empresa, quienes de no ser bien asesoradas podrían cometer errores funestos que los lleven al debilitamiento de la producción e incluso el cierre de centros de trabajo, lo que afectará principalmente a los trabajadores por carecer de materia de trabajo.
Adicional a todo lo anterior, nuestro país atraviesa por una tormenta política, la cual queramos aceptar o no, ha revivido viejas enemistades entre grandes organizaciones colectivas, ya que ha dotado de nuevos cotos de poder e intentado disminuir a los antiguos, a esto agreguemos la batalla particular que se entabla con el poder judicial, la cual políticamente hablando, pudiéramos adelantar terminará con una oleada de concesiones de protección de la justicia de la unión hacia las solicitudes sindicales, que desde el punto de vista de esta autoría, están bien fundamentadas y para el caso de que ni el Legislativo, ni el Ejecutivo acataran lo determinado por el Judicial, estaría peligrando no solo la paz laboral del país, sino más grave aún, el Estado de Derecho.
Como se mencionó, se está desarrollando un nuevo parlamento abierto en la cámara de Senadores, donde, al parecer bien intencionados, los legisladores tienen la sana determinación de hacerse de opiniones expertas que puedan contribuir a mejorar la fallida Reforma Laboral y vaya que tiene la oportunidad de corregirla, está demostrado que ni el sector Obrero, ni el Patronal estamos satisfechos con el contenido de la Reforma, solo nos queda tener fe en que la cámara alta considerará a los expertos y enmendará las faltas provenientes de la cámara Baja, que derivó en una Reforma presionada por intereses políticos, mayormente extranjeros y que es demasiado perfectible, ya que debe dar prioridad a los intereses nacionales.