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Aspectos Legales de las Organizaciones Autónomas Descentralizadas

Abogado Digital

Coautor Carlos Arturo Rubio Rojas

“La finalidad de un gobierno corporativo sometido a aplicaciones informáticas desplegadas en blockchains, es que la adopción de resoluciones y los procesos administrativos internos sean automatizados y transparentes.”

¿Qué son las DAOs?

Con el soporte de las redes de cadena de bloques (blockchain) y los protocolos basados en contratos inteligentes, ha surgido un tipo de agrupación llamado Organización Autónoma Descentralizada (DAO, por sus siglas en inglés), en el que se pretende operar una estructura organizacional controlada por sus miembros de manera horizontal (i. e., sin una autoridad central) a través de un conjunto de programas que predeterminan la forma de gobernanza interna, establecen derechos y obligaciones, y los mecanismos de consenso para la toma de decisiones.

La finalidad de un gobierno corporativo sometido a aplicaciones informáticas desplegadas en blockchains (es decir, basadas en contratos inteligentes) es que la adopción de resoluciones y los procesos administrativos internos sean automatizados y transparentes, a fin de propiciar que operen mucho más rápido que una compañía tradicional, que el ingreso y la participación de sus miembros sea más sencilla y dinámica, y que sus actividades tengan un alcance global.[1] Se trata de agrupaciones que se organizan y coordinan en paralelo –e inclusive al margen– de los sistemas jurídicos.

Los miembros de una DAO participan en la toma de decisiones mediante la utilización de tokens digitales representativos de su afiliación. Estos tokens de membresía pueden traer aparejados derechos económicos, de voto o de uso de los activos de la comunidad y, por regla general, el derecho a voto de cada miembro está determinado por su porcentaje de participación en la DAO.

La definición de las DAOs y los límites de lo que entra en dicho concepto se encuentran en constante evolución y debate. Aunque es una cuestión progresiva y de grado, puede afirmarse que la descentralización a que aluden estas organizaciones viene dada por su involucramiento en una autogobernanza no autoritaria de recursos objetivos comunes, y la autonomía de su operación deriva del uso de tecnologías resistentes a la censura.

Un ejemplo concreto de DAO es aquella que controla, administra y supervisa el proyecto de finanzas descentralizadas (DeFi, por su abreviación en inglés) conocido como Uniswap, el cual permite intercambiar tokens y criptomonedas directamente con otros usuarios bajo un sistema peer-to-peer (inter-pares), de forma totalmente descentralizada. La DAO de Uniswap se gobierna por medio de los tokens UNI. Existen 691 millones de UNIs en circulación, cada uno otorga un voto y se requiere un quorum de 40 millones de UNIs para que una propuesta de acción sea aprobada. Los miembros de esta DAO pueden votar directamente o inclusive delegar su derecho de voto a otros miembros.

“Una DAO controla, administra y supervisa el proyecto de finanzas descentralizadas conocido como Uniswap, el cual permite intercambiar tokens y criptomonedas directamente con otros usuarios bajo un sistema peer-to-peer.”

La conceptualización de las DAOs está inspirada en los modelos de software de código abierto en los que una comunidad colabora en torno a un objetivo común, la participación es voluntaria y sin la intervención de un intermediario o de una autoridad central. Esta flexibilidad organizacional propicia que una DAO pueda formarse para la adquisición, fraccionalización y gestión de activos (físicos o virtuales), la financiación colectiva de un determinado proyecto (e.g., Spice DAO) o la participación en actividades sin fines de lucro (e.g., Seed Club, Blu3 DAO).

Esta asociación de facto en la blockchain también puede dar lugar a entidades que transaccionan en el mundo físico sin contar con una personalidad jurídica que se adapte propiamente a los confines de las figuras legales, es decir, pueden existir sin la necesidad de contar con un consejo de administración, con miembros que pueden ser unos cuantos o un centenar, ubicados en cinco o más países, y que pretenden regirse esencialmente a través de protocolos de software y del imperio del código.

Implicaciones legales

Naturalmente, esa vocación de automatización de los procesos y de la toma de decisiones no está exenta de conflictos. Las disputas podrían surgir de afuera hacia adentro, por parte de terceros entablando relaciones y transaccionando con una DAO; o de manera interna, por pugnas respecto al alcance de los derechos de los miembros o de la forma de ejecutar alguna resolución.

En vista de los diversos puntos de conflicto que pudieran surgir en la operación de una DAO, en la mayoría de los casos será recomendable usar entidades jurídicas reconocidas en la ley, como una extensión, manifestación o una parte integrante de una DAO, para efectos de brindar operatividad en el “mundo real” (off-chain), seguridad a terceros y facilitar la observancia de la normativa aplicable a estas interacciones. De no asumir una estrategia legal al momento de crear y realizar operaciones como una DAO, podrían derivarse consecuencias adversas de gran severidad, como ilustra lo sucedido con la DAO a cargo de la plataforma DeFi “bZx”, la cual es actualmente objeto de una demanda colectiva por parte de algunos usuarios que pretenden que sus participantes, inversionistas y operadores respondan, de manera ilimitada y solidaria, por los daños sufridos en un ataque cibernético, argumentando la falta de implementación de medidas de seguridad razonablemente necesarias.[2]

En el caso mexicano, esta actuación conjunta podría dar lugar a la aplicación de la figura de la sociedad irregular, extendiendo así la responsabilidad de los actos de la DAO a sus miembros. Este mismo riesgo lo corren las DAO en Estados Unidos e Inglaterra en donde, en caso de no haber usado una figura jurídica para la operación de una DAO, se entiende que operan como una general partnership y, por ende, se les extiende a todos los miembros una responsabilidad ilimitada y solidaria.

Algunos países han decidido abordar directamente esta cuestión y emitir regulación sobre las DAOs. En los Estados Unidos, las legislaturas de Delaware, Montana, Vermont, Tennessee y Wyoming han aprobado leyes que reconocen, en mayor o menor medida, a estas agrupaciones (por ejemplo, bajo la figura de la corporación de responsabilidad limitada como una DAO LLC). Otras jurisdicciones en donde se les extiende reconocimiento jurídico a las DAOs son Malta y las Islas Marshall.

“En las legislaturas de Delaware, Montana, Vermont, Tennessee y Wyoming han aprobado leyes que reconocen a estas agrupaciones (bajo la figura de la corporación de responsabilidad limitada como una DAO LLC).”

Sin embargo, al margen de estas contadas excepciones, en la mayoría de los sistemas jurídicos existe una falta de claridad respecto del estatus legal de las DAOs y del tratamiento que se les pudiera llegar a dar a sus operaciones, que pueden involucrar desde actividades recreativas o benéficas, hasta el financiamiento colectivo de proyectos.

Ya sea que se decida reconocer la existencia de las DAOs y crearles una normatividad específica, o bien, que sin necesidad de modificar el marco normativo se les aplique el derecho vigente, resulta indiscutible que, para no socavar el desarrollo de estos proyectos tecnológicos que están rompiendo paradigmas en las industrias creativas, en los servicios financieros y en otros ámbitos, se requiere contar con normas jurídicas y criterios de aplicación lo suficientemente claros para brindar seguridad jurídica.

Consideraciones fiscales

Bajo esta línea, uno de los desafíos regulatorios más grandes será la determinación de la jurisdicción que tiene derecho a gravar las operaciones y transacciones efectuadas por las DAOs. La principal problemática a la que se enfrentarán las autoridades fiscales es que las DAOs no tienen una sede de dirección efectiva o de toma de decisiones pues no tienen una autoridad central, por lo que no se puede aplicar el criterio de Place of Effective Managment (POE) acuñado por la OCDE para determinar residencia. 

Lo anterior es de relevancia en México, pues nuestra legislación adoptó el criterio de POE. Conforme al artículo 9 del Código Fiscal de la Federación se considera que una persona moral es residente en México, para efectos fiscales, si en el territorio mexicano se estableció la administración principal del negocio o su sede de dirección efectiva.

Es indudable que se deberán generar acuerdos internacionales a fin de determinar cómo se deben de gravar las operaciones efectuadas por las DAOs, pues de inicio se presenta la disyuntiva de si tendrá derecho a gravar la operación: (i)la jurisdicción en la que se constituya la organización autónoma; (ii)la jurisdicción en la que residan los miembros de la DAO (únicamente por lo que hace al beneficio que obtenga el miembro), o bien; (iii)la jurisdicción en la que se realice la operación de compra-venta de activos virtuales.

La problemática se vuelve mayor tratándose de operaciones realizadas en entornos virtuales inmersivos, popularmente conocidos como metaversos, toda vez que no existe un criterio de vinculación claro para gravar sus operaciones (ya sea con impuestos directos o indirectos), razón por la cual, resulta indispensable que se emita un marco común de tributación sobre activos virtuales en el que exista un consenso entre la mayoría de las jurisdicciones.

“A medida que los proyectos blockchain sigan desarrollándose, es altamente probable que las estructuras tradicionales de asociación adopten sistemas algocráticos de gobernanza en donde los consensos implementados por algoritmos y contratos inteligentes reemplacen algunas de las funciones del Estado.”

Dado que la mayoría de las jurisdicciones internacionales no ha emitido criterios o guías sobre la tributación de las DAOs ni de los activos virtuales, existe el riesgo de que las autoridades fiscales de cada país impongan cargas tributarias a distintos supuestos de causación para gravar las operaciones de dichas organizaciones o de sus miembros que puedan resultar muy onerosas e incluso actualizar una doble tributación.

Conclusión

A medida que los proyectos que echan mano de la tecnología blockchain sigan desarrollándose y generando valor, es altamente probable que las estructuras tradicionales de asociación adopten sistemas algocráticos de gobernanza en donde los consensos implementados por algoritmos y contratos inteligentes reemplacen algunas de las funciones del Estado. Sin embargo, como se ha expuesto de manera somera, las actividades que se realicen en entornos digitales no están exentas del cumplimiento de la ley y son múltiples las aristas legales que deben considerarse en la formación y operación de una DAO para asegurar su viabilidad y dotar a sus miembros de protección legal.


[1] David Kerr & Miles Jennings. “A Legal Framework for Decentralized Autonomous Organizations”. White PaperK, 6 de octubre de 2021.

[2] Consúltese: https://www.classaction.org/media/sarcuni-et-al-v-bzx-dao-et-al.pdf

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