En Abogadas MX buscamos la inclusión de la mujer en más y mejores puestos de dirección en México, nos ha interesado promover los derechos de las mujeres y fomentar la cultura de la inclusión, por esta razón no nos es ajena la situación que están viviendo las mujeres en Afganistán.
Afganistán ocupa el puesto 157 de 162 del Índice de Desigualdad de Género[1] (Gender Inequality Index, GII) de Naciones Unidas, sin embargo, desde principios del siglo XX las afganas se han movilizado para lograr más libertad e igualdad de género, algunas conquistas son el incremento de mujeres universitarias, mayor presencia en el ámbito económico y político, y más autonomía en la vida pública.
Ahora, cuando el país comienza de nuevo bajo el régimen talibán, muchos temen que este sea el regreso a una de las épocas más difíciles en cuanto a los derechos humanos de las mujeres en ese país, incluso, hemos sido testigos durante el último mes de la discriminación y violencia que han sufrido las mujeres desde la toma del gobierno talibán a la salida de Estados Unidos.
Lucha por los derechos
Durante el reinado de Amanulá Khan se abrieron colegios para niños y niñas, se incrementó la edad de las mujeres para el matrimonio y se prohibieron los matrimonios forzados. También se prohibieron las reglas que obligaban a las mujeres a vestirse de una determinada manera.
Sin embargo, en 1929 Amanulá fue derrocado y Muhammad Nadir Shah se proclamó rey y clausuró las escuelas para niñas, las mujeres debían cubrirse nuevamente con velo y muchas otras reformas fueron revocadas.
Nadir Shah fue asesinado en 1933 y muchas de las iniciativas de Amanulá se volvieron a implementar durante el largo reinado del hijo de Nadir Shah, Muhammad Zahir Shah, el último rey de Afganistán, de 1933 a 1973.
Se volvieron a establecer las escuelas para niñas, se fundó una nueva universidad y se instituyó una nueva constitución, en 1964 se otorgó el derecho de voto a las mujeres afganas.
En 1973, Zahir Shah fue derrocado por su primo, Mohammed Daoud Khan, terminando con 200 años de la monarquia en Afganistán. Así es que se proclama la República de Afganistán en la que mejoraron los derechos de las mujeres.
“Entonces se empezó a ver la presencia de las mujeres en el Parlamento, fue una época de gran énfasis en la educación universitaria de las mujeres, en la presencia de mujeres en la esfera pública y los empleos públicos”, explica Mona Tajali, profesora de relaciones internacionales y estudios de la mujer y género del Colegio Agnes Scott, en Georgia, Estados Unidos.
Para 1996, todo el avance en los derechos de las mujeres llegó a su fin cuando el talibán llegó al poder.
Asimismo, el ejército estadounidense llegó con una política de tolerancia cero hacia dicho régimen posterior a los ataques terroristas del 2001, y Afganistán se convierte en un estado ocupado, en donde todo pende de un hilo y en donde y como hemos visto, ha tenido un final trágico y violento.
Durante su ocupación, se vislumbraron avances importantes, se instaló un gobierno en pro de una relación con Occidente y alineado a los derechos humanos, se invirtió en escuelas, hospitales e instalaciones públicas. Miles de niñas, a quienes se les negaba tener una educación, asistieron a escuelas con corrientes pedagógicas y educativas adecuadas y ajenas a una educación religiosa.
Las mujeres dejaron de pertenecer exclusivamente a espacios privados y a su casa, para estudiar, prepararse y desenvolverse en espacios laborales, incluso ocuparon puestos de gobierno y de toma de decisión dentro de distintos trabajos, todo bajo el paraguas de la ocupación y todo al parecer, fugaz, frágil y finito.
Estados Unidos abandona Afganistán el 30 de agosto, lo que marca el final de una ocupación de 20 años y deja a Afganistán en manos de los talibanes nuevamente. Al momento de irse, permanecen en el país más de 100,000 personas, entre las cuales se encuentran mujeres, niñas, y miembros de la comunidad LGBTTTIQA.
Preocupación por la regresividad de los derechos
Veinticinco años después, cuando el talibán comienza una nueva era en el poder en Afganistán, muchos temen que la historia de los derechos de las mujeres vuelva a repetirse.
El 3 de septiembre de 2021, las mujeres se manifestaron en Kabul con el fin de reclamar al próximo gobierno talibán el respeto a los derechos obtenidos en los últimos años y una participación en la vida pública afgana, un día después de otro acto similar en la ciudad de Herat. En ambas manifestaciones las mujeres reclamaron “educación, trabajo, libertad”.
Desde el regreso del régimen islamista al poder, no se ha tenido en cuenta a las mujeres para discutir el nuevo gobierno afgano, que espera anunciarse pronto y que estará regido por la sharía o ley islámica.
Una de las primeras declaraciones del gobierno talibán, manifiesta que el único lugar en donde la mujer afgana podrá tener un trabajo dentro del gobierno será en la limpieza de los servicios sanitarios, las mujeres universitarias son obligadas a llegar antes y salir antes para no tener interacción con sus pares masculinos; las más jóvenes, regresaron a una escuela donde la religión es el único punto central del aprendizaje.
Los talibanes, que llegaron de nuevo al poder prohibieron a las mujeres la mayoría de los trabajos que actualmente ya tienen, por ejemplo, muchas de las 250 juezas que hay en Afganistán, intentaron huir en los últimos días. Una de ellas le contó a la agencia Reuters[2] cómo fue perseguida por hombres que una vez había encarcelado y que fueron liberados por los talibanes.
Recordemos que en febrero los talibanes firmaron un acuerdo de paz con Estados Unidos que consideraba la retirada de sus tropas. El acuerdo incluía el compromiso de liberar “hasta 5,000” combatientes talibanes recluidos en cárceles, a cambio de 1,000 miembros de las fuerzas de seguridad afganas.
El acuerdo de paz entre Estados Unidos y los talibanes remitía a las llamadas “conversaciones intrafganas” que comenzaron en septiembre en Qatar. Por parte del gobierno afgano la representación de mujeres se dio bajo el nombre de “Women´s Network”, sin embargo, por parte de la delegación talibana, la representación de las mujeres fue nula. Tampoco hubo representación de las víctimas del conflicto pese a las peticiones de los grupos de derechos humanos.
Amnistía Internacional ha documentado que Las mujeres y las niñas siguieron sufriendo discriminación y violencia de género en todo Afganistán, sobre todo en zonas controladas por los talibanes, donde sus derechos eran impunemente violados, y eran sometidas a violentos “castigos”, como consecuencia de lo que que el grupo armado consideraba transgresiones de su interpretación de la ley islámica. La escasez de denuncias sobre actos de violencia contra mujeres y niñas seguía siendo una tendencia crónica, ya que, con frecuencia, las mujeres temían sufrir represalias y, en general, los autores de palizas, homicidios, torturas u otros malos tratos y castigos corporales quedaban impunes.
Por estas razones, la lucha de las mujeres en Afganistán es parte de la lucha universal por los derechos humanos de las mujeres, por lo que no debemos quitar los ojos de encima y solidarizarnos con ellas.
El cómo es el reto, la ONU ha pedido a paises fronterizos con Afganistán que mantengan sus puertas abiertas a medida que aumenta el número de familias, mujeres y niños que intentan huir, hay escasez de alimentos y crece el discurso de odio.
“No debemos olvidar a las mujeres afganas, y permitir en silencio que se siga perpetuando un régimen violento, nefasto y discriminatorio.”
Existen diversos fondos como el programa mundial de alimentos, la ACNUR, el Comité Internacional de la Cruz Roja para atención inmediata. También podemos apoyar a los medios independientes de información como Rukhshana Media, quienes de manera independiente conforman un grupo de reporteras que se dedican a hablar sobre los derechos de las mujeres y dar voz a historias de mujeres afganas. Asimismo, a través de Her Afghanistan, organización dedicada al adelanto de las jóvenes afganas, una plataforma global en línea para profesionales de todo el mundo concentrada en apoyar a las mujeres afganas en los campos de la seguridad, paz, política exterior y tecnología, solicitan tiempo de personas para crear seminarios y webinars para hablar sobre la situación de la mujer y mantener el tema sobre la agenda internacional de manera prioritaria.
[1] “Gender Inequality Index”. United Nations Development Programme. Human Development Reports. Disponible en: http://hdr.undp.org/en/composite/GII
[2] “Las mujeres afganas marcharon en Kabul en defensa de sus derechos y su inclusión en el gobierno”. France 24. Disponible en: https://www.france24.com/es/medio-oriente/20210903-afganistan-protestas-mujeres-derechos-inclusion-gobierno